Los diferentes modelos Baha que usó desde los seis meses de vida le permitieron conectarse con el mundo del sonido a pesar de haber nacido con hipoacusia conductiva bilateral. Hoy, a punto de cumplir 13, es un excelente alumno y mejor amigo, hace deporte y estudia inglés. ¡No hay quien lo pare!
Fanático de Star Wars, Ignacio “Nacho” Runza (12 años y medio), como lo llaman todos, disfruta de su tiempo libre buscando muñequitos de la saga en la web -incluso en alemán-, estudia inglés, juega al fútbol y ahora está sumando clases de tenis. Está por comenzar segundo año del secundario en una escuela técnica y superó con éxito los tiempos de zooms en plena cuarentena. En definitiva, la pérdida auditiva con la que nació no le impidió ni le impide vivir la vida como cualquier preadolescente.
Nacho tiene un hipoacusia conductiva bilateral, debido a que nació con una malformación externa en ambos pabellones y la ausencia del conducto auditivo.
“Eso nos asustó y angustió al principio pero, luego, tras consultar con varios profesionales, elegimos al equipo del Dr. Prof. Vicente Diamante. Él nos transmitió la tranquilidad que necesitábamos y nos habló del sistema Baha. Nos movimos rápido y con seis meses de vida, tuvo su primer equipamiento: un Baha Divino, que usó con vincha (softband)”, recuerda Christian, su papá.
El dispositivo fue tan exitoso para el pequeño que la familia, asesorada por su audióloga, Lic. María Angeles Silva, se enteró de la existencia de la versión más nueva, el Baha 6.
Como sucede en muchos casos con este tipo de dispositivos, Ignacio tuvo la oportunidad de probarlo durante un mes. Y los cambios fueron asombrosos: mayor nitidez de los sonidos que ya percibía y la incorporación de otros totalmente nuevos.
Todavía emocionadas por la experiencia, Stella, la mamá, y Ana Sofía, la hermana mayor de Nacho, cuentan que con el Baha 6 lo primero que notaron fue que “nos escuchaba como si no tuviéramos tapabocas y, en ambientes cerrados (como un ascensor), las voces las escuchaba más nítidas. Estuvimos en el campo y pudo apreciar el sonido de los pájaros posándose en las ramas o en el piso, que antes le pasaban desapercibidos. Y en el día a día, lo notamos más relajado, ya que no necesitó estar alerta para no perderse nada de lo que pasaba a su alrededor”.
En espera de su nuevo equipamiento, el Baha 5, muy parecido al 6 que probó, la familia está feliz, porque es consciente del beneficio que le aportará, una mejor calidad de escucha y mayor independencia a la que ya tiene con su Baha 4.
Así como en la cancha de fútbol se desenvuelve como un arquero temerario, “que se arroja a los pies de quien le llegue al arco y se la pasa ordenando a sus defensores”, cuenta el papá, el futuro para el jovencito es luminoso. “Es un chico inmensamente feliz, que se adapta con naturalidad a cada etapa que le toca transitar”, concluye.
Empático y conciliador cuando surge algún conflicto, parafraseando a Fontanarrosa, los amigos de Nacho se ponen felices cuando lo ven llegar.