Implantado de manera bilateral, el pequeño de cinco años asiste a un jardín bilingüe, juega al fútbol y hace natación. Ama la música y es fanático del tobogán de la plaza. El pequeño “Luqui” no para.
Con cinco años y tres meses de edad cronológica y casi cuatro de edad auditiva, Lucas Gale tiene un riquísimo vocabulario, puede seguir un diálogo, expresa lo que desea y lo que le pasa, realiza diversas preguntas y hasta responde en inglés, conoce y recita el abecedario tanto en inglés como en español, hace cuentas de suma y resta.
Tan pleno es su presente que Paula, su mamá, no para de asombrarse. “Cada vez que alguien me pregunta por sus implantes cocleares le respondo que son un milagro, que gracias a ellos mi hijo puede escuchar y hacer una vida completamente normal, sin privarse de absolutamente nada”, dice.
Implantado de manera bilateral, “Luqui”, como le dicen en la familia, padece un síndrome genético llamado USHER tipo 1B, que generó una hipoacusia bilateral profunda, detectada a los pocos días de su nacimiento.
Sin perder tiempo, comenzó la estimulación auditiva con la fonoaudióloga, LSLS Cert. AVT Hilda Furmanski y, aunque lo equiparon con audífonos potentes, no había resultados, la salida fueron sus implantes.
“Poco a poco fuimos viendo en él distintas respuestas, como estar alerta a algún sonido, asustarse con alguno un poco más fuerte, responder girando su cabeza al pronunciar su nombre y más tarde comenzar a imitarnos”, cuenta entusiasmada Paula. Y se emociona al recordar ese septiembre de 2018, cuando su hijo dijo su primera palabra: mamá. “Fue inexplicable describir con palabras la emoción que sentí y la felicidad que tenía”.
Amiguero, sociable, divertido, espontáneo, simpático, observador, cariñoso, sensible, dulce, empático, se interesa por saber cómo están los demás y siempre está dispuesto a ayudar al otro. Así describen a Lucas quien, desde los dos años, concurre a un colegio bilingüe de Belgrano, al mismo que asiste Juana, su hermana de 12 años.
Como toda mamá, Paula relata orgullosa que el pequeño fue elegido por sus maestras y los directivos del jardín para ser abanderado en el acto del 25 de mayo.
Fanático del fútbol y de la natación, también le gusta cantar las canciones de Adriana, jugar con los autitos, las cartas y, sobre todo, tirarse miles de veces por el tobogán en la plaza.
Ni bien comenzó a escuchar con sus implantes, fue descubriendo un mundo nuevo. “Era maravilloso ver a Luqui interesarse por repetir cada vez más sonidos, sílabas y posteriormente palabras, comenzar a nombrar correctamente distintos objetos como ´avión, mesa, silla, cama, agua´”, comparte Paula.
¿Cómo se siente la familia del pequeño Lucas al verlo avanzar día a día? La mamá lo resume con una sola palabra: felicidad.