“Gracias al implante Cochlear, y a pesar de mi sordera profunda… He podido asistir a colegios convencionales. He podido ir a la universidad. He podido desarrollar la carrera profesional que escogí”.
Holly ocupa un lugar especial en la historia de Cochlear. En 1987, se convirtió con cuatro años en la primera usuaria pediátrica de nuestro primer implante coclear comercial Nucleus tras perder la audición debido a una meningitis.
El implante Cochlear eliminó todo tipo de limitaciones asociadas a la pérdida auditiva, lo que permitió a Holly vivir la vida que quería: desde asistir a colegios convencionales hasta ir a la universidad y desarrollar una carrera profesional como abogada.