Se dedica hace más de dos décadas a abrir las puertas del sonido a niños sordos e hipoacúsicos. Con profesionalismo y amor, los guía por ese camino luminoso y, en esta nota, comparte algunos consejos para las familias que están en este proceso.
Marcela Garrido es Licenciada en Fonoaudiología, Terapeuta Auditiva Verbal certificada por AGBell Academy y terapeuta Hanen. Hace más de 20 años que se dedica exclusivamente a la habilitación auditiva de niños sordos e hipoacúsicos. Dirige el centro de rehabilitación CIANTAL (Centro Integral para la Atención de Niños con Trastornos de Audición y Lenguaje) y es profesora en la Universidad del Salvador. También, es profesora invitada en la UBA y brinda consultoría para colegas y empresas de implantes cocleares. Tiene publicaciones y muchos trabajos y conferencias presentados en congresos nacionales e internacionales. Hoy, la conoceremos en profundidad.
¿Por qué es tan importante que la rehabilitación de los implantados continúe en la casa?
En principio me gustaría expresar que en mi forma de ver este abordaje la “habilitación/rehabilitación” no es lo que continúa en casa.
“Considero que es super importante que madres y padres nunca abandonen su rol principal para convertirse en “terapeutas” de sus hijos. Sin duda son ellos los principales facilitadores de todos los aprendizajes y desarrollos de sus niños, por eso es fundamental que participen en las sesiones, que tomen herramientas y estrategias para favorecer el desarrollo de habilidades auditivas y de lenguaje del niño.”
La terapia se lleva a cabo en una o dos horas semanales en un ámbito controlado mientras que la vida real transcurre en casa o en ámbitos familiares en compañía de la familia nuclear y extendida.
¿Cómo puede lograr su máximo potencial un niño implantado?
Para que un niño hipoacúsico pueda alcanzar su máximo potencial de desarrollo debe recibir una estimulación lingüística rica y variada y una señal auditiva completa y constante todo el tiempo. Para ello, es importante tratar de controlar lo máximo posible los ambientes, el ruido de fondo, la distancia, los dispositivos para que se encuentren en condiciones óptimas y que el niño los use todo el tiempo que permanece despierto. Los IC son los oídos de nuestros niños, por eso hay una frase que las terapeutas usamos mucho y trasmitimos a los padres que es “ojos abiertos, oídos encendidos”. También debemos manipular la señal del habla para hacerla más fácil de percibir por el niño en algunas ocasiones por ejemplo resaltando las palabras claves, separando en sílabas, elevando el tono de voz o cuchicheando y dándole al niño tiempo para procesar la información. Nada mejor que un adulto sensible a las necesidades comunicativas de un niño para estimular el desarrollo de su lenguaje. Es nuestra función transmitir esa información a los padres/madres, orientarlos y acompañarlos para emplearla, pero dentro de sus rutinas, en la vida cotidiana, de la forma más natural y orgánica posible, no “rehabilitando” o como muchas veces se dice “trabajando”. Prefiero conceptos tales como estimulando, facilitando y potenciando.
En el caso de los niños ¿que tips puede compartir con los papás para que ayuden a sus hijos en este proceso, en casa?
Además de los que ya mencioné, hay que asegurarse de crear ambientes lingüísticamente ricos e interesantes. Es fundamental responder a los intentos comunicativos de los niños y aceptar sus producciones en el nivel en que pueden en este momento agregando siempre un escaloncito más, desafiando para poder llevarlos al siguiente nivel y no quedarnos en zonas de confort donde nadie se frustra, pero no hay aprendizaje. Manejar expectativas correctas también es muy importante porque si bien siempre vamos a estimular un poco por encima del nivel actual, tenemos que aprender a aceptar y a acompañar, porque una exigencia para la que el niño no está preparado aún crea frustración y es muy negativa.
Si tengo que elegir dos actividades únicamente no dudo en que sean la lectura y la música. Esta ampliamente comprobado que leerles cuentos como mínimo 15´ por día tiene enormes beneficios, como ayudar a incorporar vocabulario nuevo, uso funcional del lenguaje, desarrollar organización gramatical, escucha activa, atención compartida y también aspectos más abstractos como la elaboración de conflictos, emociones y teoría de la mente. Al principio, cuando son muy pequeños, uno “les lee a los niños”, pero rápidamente, a medida que pueden empezar a participar “se lee con los niños”, se los alienta a manipular los libros, contar lo que ven e incluso inventar sus propias historias. La música también tiene enormes beneficios para el desarrollo en general y contrariamente a la creencia popular que por tener dificultades de audición la música es un área vedada, hoy en día la tecnología está cada vez más enfocada en el desarrollo de estrategias para que tanto niños como adultos implantados puedan disfrutar de los beneficios que tiene la música para todos. Es la actividad que más áreas cerebrales estimula y conecta en forma simultánea. Además de conectar ambos hemisferios, ayuda a desarrollar el ritmo, la memoria, la coordinación motora fina, la conexión madre/padre/niño y todo esto de una forma placentera y super agradable.
¿Cuáles son los temores que pueden surgir previos a implantarse, y cómo se los puede derribar?
Temores pueden surgir muchísimos, principalmente, en mi experiencia, el miedo a la cirugía. Creo que la mejor herramienta además de escuchar y contener a las familias y tratar de evacuar sus dudas en la medida de nuestras posibilidades es contactarlos con otras familias que hayan pasado por una situación semejante. Nosotros, los profesionales, podemos ayudar mucho en esta instancia, pero nadie mejor que un par o grupo de pares para poder identificarte y encontrar la contención y el apoyo complementario a la ayuda profesional.
¿Recuerda algún caso en particular, que le haya conmovido, alguna historia en particular?
¡Uf, son muchos años, muchas historias y todas tienen algo especial! Tuve como pacientes a varios hijos de músicos, pero uno particularmente me conmovió mucho, porque no sabía nada de teoría musical, pero tenía un oído absoluto, tan bueno que su apodo era “el sordo”, y en un momento de la entrevista inicial me preguntó si no podía donarle su oído a la hija que había nacido con una hipoacusia profunda bilateral. Fue tal la conmoción que no recuerdo como hice para continuar sin perder la compostura. Te cuento que la niña es, hoy en día, una joven adulta, excelente profesional que se especializó en el área de discapacidad.
Trabajo hace mucho tiempo en esto, tanto que todavía no existía la ley de discapacidad que afortunadamente tenemos ahora. Me tocó ver a un pueblo entero juntando dinero para pagar un implante y cosas por el estilo. Tanto, que podríamos escribir un libro entero.
¿Qué es lo más lindo de su trabajo?
TODO. Me resulta difícil elegir porque soy una apasionada de lo que hago, pero podría decirte que las caritas tanto de niños como de los padres cuando comienzan a escuchar y a decir sus primeras palabras son maravillosas. Si bien los profesionales de la salud tenemos que enfrentar muchas dificultades, como la burocracia, los bajos honorarios, los pagos tarde, mal o nunca, no cambio lo que hago por nada del mundo. Ver crecer a un niño y acompañar a su familia en este camino del silencio hacia la escucha plena es INVALUABLE. Saber que aportaste aunque sea un granito de arena para mejorar la calidad de vida de un niño me llena el alma de gozo cada día de mi vida.